domingo, 22 de febrero de 2009

Ser mexicano

Hola, amigos, espero que estén bn, yo aquí de regreso, por fin.
He estado pensando mucho sobre muchas cosas, pero hay algo que recurrentemente viene a mi cabeza: el ser mexicano, el vivir en un país tan multicultural como el mío, tan hermoso, pero tan lleno de vicisitudes.
Sé que este país es un país magnífico, lleno de gente que vale la pena, de gente que tiene aspiraciones, de gente que sufre, que goza y que ama; lleno de gente.
Y es justamente eso lo que quiero analizar, la gente que nació aquí (o que no lo hizo pero que siente como si así lo fuese), la gente que ama a su gente, la gente que ama la tierra que siente suya, pero también la que no lo hace, ya sea por que no la respeta, no lucha por ella o simplemente que no piensa en ello.
¿Qué es lo nos une como mexicanos? ¿Existe un común denominador entre todos lo que habitamos aquí? ¿Cuál es la ideología del mexicano? ¿Tiene ideología? Se han escrito muchísimas cosas sobre este tópico tan delicado; sólo quiero dar mi opinión, generar controversia, pensar un poco el tema.
Existen puntos y formas de vida encontrados y contrapuestos. No es lo mismo un mexicano del norte, del centro, del sureste. ¿Qué es lo que no nos ha permitido desarrollarnos en plenitud? Un punto importante es que no tenemos un sentido de pertenencia; en el siglo XXI los mexicanos que vivimos en la ciudad no nos sentimos tan unidos a los indígenas (aunque en México gran parte de la población, sobre todo rural, es indígena; pero penosamente son tratados como mexicanos de segunda categoría), a las culturas prehispánicas. No estamos orgullosos de ser mestizos ni indígenas, sin embargo, traemos a cuestas el haber sido conquistados, el haber sido hechos a menos durante 300 años. Logramos la independencia pero aún ahora, casi doscientos años después, seguimos sintiendo el yugo de los países imperialistas, ya no sólo de España; de Estados Unidos, de la Unión Europea, etc. No supimos forjar el carácter patriótico necesario para ser una nación independiente. No supimos definir lo que realmente es ser mexicano. Se vivió la traición desde la fundación. Desde el principio fue la lucha por el poder, a costa de lo que fuere necesario. Se vivió un clima político inestable, una vorágine de lucha fraticida, que perdura hasta hoy. No supimos darnos la mano, se practicó el asesinato y el perjurio como forma de vida. No supimos ser democráticos, no estábamos preparados. Necesitamos de dictadores para poder mantenernos como nación. Guerra de reforma, revolución de 1910 y demás batallas internas. Después del triunfo de la “revolución”, de nuevo las balas tocan a los que lucharon por ella. Huerta mata a Madero. Huerta no es asesinado, Carranza lo vence y huye al exilio. Álvaro Obregón mata a Carranza. Se presume que Calles mata a Obregón. Calles toma las riendas del país, se consolida el maximato. Cárdenas manda al exilio a Calles. Traición es lo único que escucha el pueblo de México.
¿Cómo ha influido todo esto en el ánimo del mexicano?
Reitero. Después de esos antecedentes no podemos tener un sentido de colectividad, se nos ha enseñado a luchar contra todos, no aprendimos a vivir en sociedad. Luchamos entre nosotros, somos celosos de los demás. El éxito ajeno es tratado como una injuria hacia el vecino. Nos sentimos “chingones” pero creemos que el triunfo de los demás nos expone, dejamos de sentirnos tan “chingones”. Seamos mejores todos, más competitivos, tenaces. Es la forma de alcanzar un poco más de equidad, dejemos de ser un rebaño que nutre al potentado. Seguimos sintiéndonos siervos; creemos que tenemos que tener un amo, un líder redentor, no hemos aprendido que la patria somos todos, que todos tenemos que hacer patria. Se nos inculcado la obediencia, el no salirse de las riendas. ¿Pensar? ¿Para qué? Es más fácil y práctico obedecer; no entendemos todavía que lo fácil y lo práctico no es siempre lo mejor. Sabemos quejarnos muy bien, pero no se nos inculca la sed de lucha. La política, ese tema tabú que le ha hecho perder amigos a tantos y tantos amigos. Tenemos que entender que la política incluye a todos los que respiramos el aire de esta nuestra patria, no sólo a unos pelones que se pelean en un recinto que tiene dos banderotas y un montón de sillas. Tenemos que hablar el tema, no para pelear, sino para conciliar; para alcanzar acuerdos. No basta con ir a votar. Tenemos que tener un compromiso con la democracia. Dejemos de ser esclavos de los políticos; la única forma que los políticos obedezcan al pueblo es que el pueblo sea pueblo, no debemos de ser sólo votantes, hagámonos ciudadanos. Hay otro tema delicado. La religión, otro tema tabú. En general, el pueblo de México es religioso, así es como nos conquistaron. No voy a atacar a la religión, en este ensayo es sólo un factor social. Vivimos atormentados por la religión, es la que nos ha enseñado a obedecer, a ser siervos. Pregunto ¿Es acaso de no podemos separar religión y vida publica? Cada quién puede tener su religión, pero vivimos en un país laico, dejemos de confundir las cosas. Lo que de la religión a la religión, lo demás le incumbe al pueblo.

He estado analizando en especial a los mexicanos pero me dí cuenta que todo lo aquí expuesto es de una problemática global. Tal vez tú, ciudadano de otro país, te sientas identificado. Discutamos entre todos el tema.
Bueno amigos, esta es la primera parte de este ensayo, no sé cuantas puedan llegar a ser, espero que no tantas.

Un saludo afectuoso,

Universus Socialis.